26 de septiembre de 2012
5 Remordimientos de los agonizantes (por Bonnie Ware)
Por muchos años trabaje en el área de cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos que eran enviados a casa para morir allí.
Compartimos algunos momentos increíblemente especiales. Yo estuve con ellos los últimos tres a doce semanas de sus vidas.
La gente crece un montón cuando se enfrentan con su propia muerte. Yo aprendí a no subestimar jamás la capacidad de crecimiento de los demás.
Algunos cambios eran fenomenales. Cada uno de ellos experimentaba negación, temor, enojo, y finalmente aceptación. Sin embargo todos los pacientes encontraban paz antes de partir ¡todos!
Cuando se les preguntaba si tenían algún remordimiento o si hubieran hecho algo de manera diferente, surgían los mismos temas una y otra vez.
Aquí están los cinco remordimientos más comunes.
*1.Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida verdadera conmigo mismo, no la vida que otros esperaban que yo viviera.
Este era el más común.
Cuando la gente comprende que su vida está terminando y miran atrás con claridad, es fácil ver cuántos sueños no han sido cumplidos.
La mayor parte de la gente no había honrado ni siquiera la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que ello se había debido a las elecciones que ellos hicieron y a las que no tomaron.
Es muy importante intentar y honrar al menos algunos de los sueños que surgen en el camino.
*2.Desearía no haber trabajado tanto.
Esto lo dicen todos los pacientes masculinos que cuide. Se perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de sus parejas.
Algunas mujeres también tienen este remordimiento, pero como la mayoría pertenecía a la generación más vieja, muchas de las pacientes no habían sido proveedoras del pan en sus hogares.
Todos los hombres que cuide lamentaban haber pasado tanto de tiempo ganándose la vida. Si hubieran simplificado su estilo de vida y hubieran hecho elecciones más conscientes, podría haber sido posible no necesitar tanto ingreso como ellos creían.
*3.Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos
Muchas personas reprimieron sus sentimientos para mantener la paz con otros.
Precisamente muchas de sus enfermedades surgieron como resultado de su amargura y resentimiento.
Como resultado, llevaron una existencia mediocre y nunca se convirtieron en aquello que eran verdaderamente capaces de ser por callarse tantas cosas.
No podemos controlar las reacciones de los otros. Sin embargo, aunque la gente puede inicialmente reaccionar cuando tú cambias la forma en que te comportas, si hablas honestamente, al final eso eleva la relación a un nivel totalmente nuevo y más saludable. Ya sea que ocurra eso o que abandones una relación tóxica de tu vida, en cualquiera de los dos casos tú ganas.
*4.Desearía haber estado más en contacto con mis amigos
A menudo ellos no habían comprendido verdaderamente todos los beneficios que proporcionan los viejos amigos hasta que están en sus últimas semanas de vida y ya no era posible dar marcha atrás.
Muchos se habían recortado tanto en sus propias vidas que habían dejado de lado el oro de los viejos amigos. Habían muchos remordimientos muy profundos sobre no haber dado a los viejos amigos el tiempo y esfuerzo que ellos merecían.
Cuando estaban muriendo todos extrañaban a sus amigos. Al final todo se resumen en el amor y las relaciones. Es todo lo que queda en las últimas semanas, el amor y las relaciones.
*5.Desearía haberme permitido a mi mismo ser más feliz
Esto es un remordimiento sorprendentemente común.
Muchos no comprenden hasta el final que la felicidad es una elección. Ellos habían permanecido atrapados en los viejos patrones y hábitos.
El así llamado "confort" había inundado sus emociones así como la psicología de sus vidas. El miedo al cambio los hacía presumir ante los otros y ante sí mismos, de que estaban contentos.
Cuando en lo profundo dentro de ellos estaba el deseo de reír con ganas y poner un poco de gracia en sus vidas nuevamente.
Cuando estás en tu lecho de muerte, lo que otros piensen de ti realmente es lo de menos.
Cuan maravilloso sería dejarse ir y sonreír nuevamente, sin pretensiones ni exigencias, antes de ese último respiro.
Recuerda, es tu vida; elige conscientemente, elige sabiamente, elige honestamente, elige desde tu corazón, elige la felicidad.
Aún tienes tiempo.