Por: Ondina Patricia Pilca
Inconscientemente, todos tenemos un chips incrustado, en donde almacenamos mensajes sobre espiritualidad u otras corrientes religiosas, basadas en la culpa, el castigo, el sacrificio, la autoflagelación, etc.
Ser espiritual, no tiene nada que ver con ninguno de estos conceptos. No por ser “más buenos”, seremos más felices.
En este plano físico, y el nivel de consciencia en el que nos encontramos, hay que poner límites, por ejemplo, en una relación abusiva económicamente, o maltratadora física, emocional o psicológicamente.
Y también vencer el miedo a ponernos límites a tantos sacrificios que hacemos, en nombre del amor, dejándonos en una profunda frustración.
El “sacrificio” no es amor, es miedo.
El tema pasa por descifrar, desde donde ponemos esos límites, si desde el miedo (con agresiones,gritos, castigos, exclusiones,etc.) o dese el amor, por nosotros y en beneficio de todos.
Cuidado con el ego, que se disfraza de sumisión, aguante, silencio, etc. llenándonos de rabia, resentimientos y mucho dolor emocional, convirtiéndonos en mártires, que Dios no ha pedido.
Dios no quiere mártires, desea que conectemos la guía del Espíritu Santo, con el maestros de amor, que todos llevamos dentro.
Así que digamos adiós al autocastigo y sus derivados. Este engendra una “culpa” muy profunda e inconsciente, que debemos descubrir, para entregar a nuestro Poder Superior y sanar pidiendo ayuda terrenal, a esos seres que impiden que tiremos la toalla, ante la confusión y las dudas.
Imágen creada con IA.