Escrito por: Coach Patricia González para soyespiritual.com
A mi me apoyó mucho esta lectura, para seguir trabajando en mi prosperidad. Hoy la comparto con ustedes. ¡A ponerlo en práctica!
Si aun después de tantas herramientas adquiridas,
sigues sintiendo que tu prosperidad está bloqueada, te digo que estas en lo
cierto. Por decirlo de alguna manera, estás sufriendo un “síndrome de bloqueo”,
como dirían los psicólogos.
Ahora, si ya sabemos que la abundancia existe para todos, que Dios está de
acuerdo en que la aceptes y la vivas en plenitud, que tienes dones para
utilizar, que existen muchas posibilidades, que las condiciones están dadas,
entonces ¿dónde está el problema? A estas alturas eso también lo sabes, el
bloqueo está en ti. Tienes la mitad del camino avanzado cuando te das cuenta
que ese bloqueo está en tu interior. Si aún sigues pensando que tu prosperidad
depende de las condiciones externas, de la economía, de los estudios, de las
personas que te rodean, tendrás que lograr comprender que eso no es verdad para
que puedas pasar al siguiente paso y comenzar a investigar las verdaderas
razones que te impiden prosperar.
Los bloqueos se sienten como algo que te está
pesando, que te está impidiendo crecer, desarrollarte y expandirte en forma
libre por la vida. Te sientes aplastado y atrapado.
Esto puede generarte molestias físicas como
ahogos, mareos, cansancio, fatiga, impaciencia, ansiedad, agitación y otras
molestias que pueden ser aún más intensas y más fuertes como alzas de presión,
varices, depresión y más. Todo depende del tiempo que llevas experimentado
estas sensaciones. Estos síntomas hacen que tu rendimiento en general sea
mermado, que te sientas de mal humor, que necesites dormir más de lo normal o
que te sientas cansado por los desvelos por las noches. Este bajo nivel de
energía y lucidez hace que las cosas no resulten bien en tu día, que se vuelvan
aún más pesadas, que se complique la resolución de circunstancias habituales,
que tengas dificultades para relacionarte, que rindas a medias en tu trabajo y
que pierdas las oportunidades que están pasando delante de tus ojos a cada
momento.
Cuando nos sentimos así, no vemos más que problemas por delante y las
oportunidades no existen más que en teoría en los libros, para otras personas y
muy lejos de nosotros. Un bloqueo raramente es originado por una sola causal,
generalmente se compone de muchas causales menores acumuladas en el tiempo.
Nacimos sin estos inconvenientes, pero en la temprana educación que recibimos
de nuestros padres, el colegio y la sociedad sumamos una infinidad de
limitaciones que nos impiden la libre expresión de lo que somos.
Aunque es muy liberador descubrir su exacto
origen, a veces se hace casi imposible descubrirlo y no es imprescindible
detectarlos individualmente. Todas las personas sufrimos bloqueos, no es algo
raro y exclusivo que te está sucediendo solo a ti. Los grandes y exitosos
personajes también los tienen, pero existe una inmensa diferencia entre lo que
hace la persona triunfadora con su bloqueo, y lo que hace una persona que se
deja vencer por él. Por lo tanto, lo más importante es qué hacemos con nuestros
bloqueos.
En grandes líneas tienes tres alternativas:
quedarte con el peso encima hasta tu muerte sin darte cuenta de que lo tienes,
decir que no puedes progresar porque estas bloqueado o decidir sacártelo de
encima para ser libre.
Liberar un bloqueo a veces parece muy difícil,
pero si lo miramos desde más alto no lo es tanto. Lo primero que puedes hacer
es tomar conciencia de que cargas con ese peso, que alguien te lo convidó
(padres, profesores, etc.), que no te pertenece, que prefieres devolverlo y que
comenzaras a disfrutar de tu liberación desde ahora en adelante.
Puedes hacerte consciente de lo que tienes
postergado, por ejemplo: encontrar un trabajo, tener un mejor trabajo donde
ganes más dinero, tener un poco de dinero para iniciar un nuevo negocio o para
dedicarte a lo que más te gusta hacer, tener una casa propia y más. Piensa y
siente dentro de ti lo que has deseado y la sensación de no poder tenerlo y la
sensación de estar atrapado. Eleva tu mirada y observa las cadenas que te has dejado
poner, reconoce que esos inconvenientes son tus propias energías estancadas que
no has podido utilizar porque alguien te dijo que no eras digno para hacerlo.
Agradece y dile a ese alguien que ahora sabes que estaba equivocado (aunque no
sepas quien es esa persona). Visualiza que ahora eres libre para sentir dentro
de ti el merecimiento de encontrar todo lo que necesitas y que te sientes feliz
y exitoso.
Desafía todo el peso que te ha detenido, dile que
ya no existe para ti, conviértelo en polvo, abrázalo y atraviésalo. Visualízate
libre de ese impedimento.
Atravesar un bloqueo es una de las acciones más
atrevidas, intensas y poderosas que puede hacer un ser humano. Se requiere
mucha energía para hacerlo. Debe ser algo así como cuando un cohete atraviesa la
capa de la gravedad de la tierra o como cuando la oruga necesita romper su
capullo para volar. Por eso muy pocas personas lo hacen.
Una vez que atraviesas ese nivel, se siente mucha
libertad y un alivio increíble. Tu mente se despejará y tendrá espacio para que
lleguen nuevas e ingeniosas ideas. Tu vista se despejará y podrás ver un poco
más allá de tu encierro. Muchas cosas se abrirán ante ti y te dirás: ¡que ciego
estaba!, ¿cómo no se me ocurrió esto antes? Recuerdo que cuando mi hija se
instaló con un negocio vimos la necesidad de aumentar las ventas con productos
preparados listos para consumir y pasó casi un año en que me diera cuenta de
que el producto ideal era uno que yo pasaba a comprar habitualmente a otro
negocio de regreso del trabajo a la casa.
¡Casi un año! Seguro que mi mente estaba ocupada
pensando que era muy difícil encontrar un producto adecuado y por eso tuvo que
pasar todo ese tiempo para descubrirlo. ¡Qué bloqueo! También recuerdo que
quería encontrar un trabajo que me diera más tiempo para escribir y tuvo que
pasar mucho tiempo para comprender que podía sentarme a escribir ahora mismo y
que esa acción me facilitaría abrir un negocio nuevo que me permitiría dejar mi
trabajo anterior Muchas veces limitamos un deseo porque no creemos en nosotros
ni en nuestros sueños por bloqueos internos adquiridos en la infancia.
Al darnos cuenta de que el bloqueo es energético,
que es superable, que es desprendible (no nacimos con él) y que es más pequeño
que nosotros, estamos en condiciones de transmutarlo. Existen varias técnicas
para hacerlo, pero el objetivo siempre consiste en verlo separado de nosotros
aunque sea por unos segundos y de inmediato pasamos a otro plano de la
realidad. Nada ni nadie te lo puede sacar, solo tú puedes hacerlo. Siéntate tranquilo
en algún lugar y enfócate en la tarea.
Si aprendemos esto, podemos llegar a adorar
nuestros bloqueos. Vamos a estar ansiosos por verlos y superarlos. Los amaremos
por todo lo que nos pueden ayudar a avanzar.