Ondina Pilca

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24 de octubre de 2010

¿Dónde encontrar la seguridad?


Nuestro drama de todos los días… la inseguridad en Venezuela… un tema que tiene a la mayoría de los ciudadanos de este gran país, llenos de mucha ansiedad, paranoia, intranquilidad, limitación para hacer las cosas que queremos hacer a diario, poco acceso a la diversión, a la creatividad y por supuesto a relacionarnos.

Muchas veces nos limita en la realización de nuestros sueños más anhelados y nos mantiene en una sensación de encierro y prisión, que nos asfixia y ahoga.

Por supuesto no pretendo obviar una realidad que todos vivimos a diario… sin embargo, ante una verdad como ésta hay que encontrar los recursos internos que nos permitan vivir, con un poco más de plenitud y sensación de libertad.

Por supuesto yo vivo en ese mismo país en donde la inestabilidad emocional parece ser nuestra dueña al salir cada día a enfrentar nuestras actividades. Tomo mis previsiones… si!... pero también he logrado concentrarme en una fuerza superior que me permita sentir la seguridad dentro de mi y no a colocarla en algo externo, que no controlo, no se si funciona o no se si vendrá a mi rescate a la hora de cualquier percance.

Bien dice el conferencista Carlos Fraga, que si uno se quiere ganar todos los boletos del viaje hacia la frustración, solo tenemos que esperar que alguien venga, alguien se valla o alguien o algo cambie para mejorar mi situación… claro que todos guardamos la esperanza de que algún día esta situación cambie… pero soy fiel creyente de que el cambio debe comenzar “en nosotros” y no esperar solo que cambie allá afuera…

Ladrones siempre han existido y existirán… peligros siempre corremos… la vida tiene sus riesgos… para morirse solo hay que estar vivos, para enfermarse solo hay que estar sanos, para sufrir un percance desagradable en la calle o en algún lugar solo hay que estar allí… justo cuando tiene que pasar! Y obviamente estos temas NADIE LOS CONTROLA… así que lo que nos vaya a suceder… sucederá!

Lo que no podemos permitir es pasar las 24 horas del día en una continua angustia, llenándonos de información toxica con los noticieros y la prensa, comentando eventos negativos y alienándonos de emociones enfermizas que nos hacen reaccionar ante los demás de una manera nada sana y haciéndole muchísimo daño a nuestro cuerpo físico, mental, espiritual y emocional.

Personalmente, he adquirido la práctica de pedirle a Dios… no que no me pase nunca nada… si no que me de la fortaleza para enfrentar lo que me pase…

La vida es esa… momentos agradables y desagradables… pero ¿Por qué vivir esperando siempre lo negativo?... ¿si lo que va a pasarnos… definitivamente pasará si tiene que pasar?... en relación a este tema también hay algo que he aprendido y que tiene que ver con la Ley de causa y efecto… Si yo no robo a nadie… ¿Por qué me han de robar a mi?... y cuando hablo de robo no solo hablo de robo de cosas materiales… también se roba tiempo, se roba cuando se es deshonesto con los demás… robamos cuando mentimos, robamos cuando ofrecemos algo que no cumplimos… nos robamos a nosotros mismos cuando no tenemos tiempo para atender nuestras propias necesidades o cuando no nos dedicamos el tiempo que merecemos, cuando nos mentimos, cuando no cumplimos algo que nos hemos prometido, etc. Si al momento de que nos roban algo, nos hiciéramos la pregunta: ¿Qué he robado yo?... en lugar de comenzar a despotricar del gobierno, las leyes, los policías, etc.… seríamos parte de la solución y no del problema.

Por otra parte, debemos recordar que somos seres integrales: mente, cuerpo, emociones y espíritu… y generalmente andamos solo en mente, porque nos olvidamos del cuerpo, de nuestras emociones y aún más de cultivar nuestro espíritu y dejando de estar alineados con ese algo superior que nos puede proporcionar paz interna, nuestro cuerpo se cansa, nuestras emociones colapsan y nuestros pensamientos negativos nos abruman y nos llenan de ansiedad… nos sentimos inestables e inseguros. En estos momentos pierdo mi vínculo con mi espíritu y me siento distraído de la VIDA… inevitablemente me conecto con la muerte…

Cuando identifiques que estas en este momento de desconexión… has una pausa, respira… di una oración y pasa unos momentos en silencio. Comienza a sentir como tu espíritu fluye en ti y a través de ti. Las personas precisas, las direcciones correctas y los lugares apropiados son revelados claramente… seguramente sabrás que hacer y el resultado no será otro que la paz, independientemente de lo que pase allá afuera!

Te dejo con algunas preguntas:

¿Sientes que estás desconectado de tu espíritu?
¿Escuchas tu cuerpo?
¿En dónde has colocado tu sentirte SEGURO(A)?
¿Te has dado cuenta de cómo tus emociones negativas impactan en tu cuerpo físico?
¿Cultivas tu lado espiritual?
¿A quién le estás entregando tu sentirte protegido?

Que tengas una semana maravillosa, encontrando la seguridad en ti… en completa conexión con esa fuerza superior que nos protege!!!

Ondina Patricia Pilca
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