MEDITACIÓN "Tomando mi lugar ante mi hombre y dándole el suyo"
Amor, gracias por haber llegado a mi vida. Gracias por enseñarme tanto.
Gracias a ti puedo ver mi irrespeto hacia ti, mi autosuficiencia y lo controladora que he sido.
Hoy me veo las veces que intento hacer las cosas, que previamente y en franca disposición te ofreciste a realizar, sin embargo yo hago caso omiso a tu colaboración y me empeño en hacerlas yo misma, menospreciando tu capacidad.
Hoy me veo en las oportunidades que compartimos un almuerzo o cena en algún restaurante o sitio de comida, y al momento de ordenar, quiero elegir tu opción a degustar pasando por encima de tu decisión, sin ni siquiera darte el tiempo a que mires la carta.
Hoy me veo en la ocasiones cuando vamos en el carro y tu manejas, y comienzo a dirigir la ruta a tomar como si tú no supieras a donde vamos, lo hago con carácter como si tú fueras mi chofer y no mi marido, sin darte opción alguna.
Hoy observo que te he atropellado cuando soy yo quien responde rápidamente en una conversación con otros en nombre de los dos, a veces tomando decisiones por mi cuenta coartando tus pensamientos y opiniones, anulándote por completo (en el fondo me creo mejor que tu).
Hoy confieso mi intereses económico, queriendo siempre tu mayor colaboración, aporte completo en los gastos del hogar en pro de mi satisfacción y de mis necesidades personales y tú siempre teniendo la disposición de hacerlo, puedas o no.
Hoy me veo exigiendo que hagas lo que yo nunca me atreví hacer, descalificándote en tu proceder, inclusive ante otros y tú por amor me toleras.
Hoy me observo en mis peores momentos de crisis, desviando mi enojo hacia ti, algunas veces gritando y en reclamo, culpándote de lo que afecta mi situación.
Hoy me veo descalificándote, mientras evalúo y apruebo mentalmente lo que dices. Hoy escucho mis gritos hacia ti, observo mis maltratos, mis frustraciones, los que tomé de mi sistema y que luego inmerecidamente te los endosé. Me creo más grande que tú, cuando creo que soy yo la que tiene o da más, entonces, lo hago desde el poder, sin embargo, ahora me doy cuenta que cuando anhelo que seas tú el que me des todo, también allí, me creo más grande que tú.
Hoy veo la manipulación en mí proceder, las veces que me he negado a darte lo que una mujer da a un hombre, por estar disgustada contigo y también Veo, las veces cuando te busqué esperando obtener algo a cambio de ti. No soy mejor que una prostituta y admito que no me he ocupado en ser la prostituta que tú quieres en la cama. Asumo que he querido que siempre me complazcas y de mi parte, muy poco he dado para procurar tu felicidad. No soy tu jefa, No soy tu dueña, ahora sé quién es la del vestido y quien usa los pantalones. No soy yo el hombre, aunque en ocasiones he estado ocupado el lugar de lo masculino. Si te atendí, que te cociné?, que cuidaba tu cutis y cortaba tus uñas?, hoy comprendo que lo hacía desde el rol de tu Madre, no de tu mujer, si lo hubiera hecho desde mi lugar, te habría brindado más atenciones y cuidados, sólo pensando en tu bienestar.
Hoy reconozco mi necedad y rigidez en cuanto al orden y limpieza de la casa. Dedique más tiempo y cuidado a las flores que a ti, a mi cabello que a ti, a mi rostro que a ti, a mi cuerpo que a ti, exigiendo incluso, cada cosa en su lugar, también veo que aquel adorno, cuadro o mueble y su lugar en la casa, también eran determinados por mí. Ahora veo lo que nunca vi. Soy yo la que nunca he estado en mi lugar ante ti y tampoco te he dado el tuyo.
Amor, compañero, mi hombre, mi flaco, mi gordo, mi negro, Me veo ahora ocupándome más de tus necesidades, escuchando más tus opiniones, si ahora cuido más de tus emociones. Se que si me uno a tu risa, nuestras razones crecen. Me veo disfrutando más de tu compañía y te doy la importancia como lo que eres, lo primero, comprendo en este instante, que siempre es más sabroso un café entre dos, aunque uno de nosotros, no tome café. Hoy reconozco que te ataque tantas veces por cosas que estaba consciente que yo también había hecho, pero que tu jamás supiste. Hoy reconozco que te mostré una santidad fingida, porque yo también mentía y tenía mis morbos. Sé que herí tu hombría comparándote con mis ex, y pretendiéndote convertir académicamente con quien no tenías el más mínimo interés de ser, te irrespete menos preciando tu inteligencia, tu capacidad, tu historia familiar y tu intuición. Hoy reconozco haberte desgastado emocionalmente con tantas críticas y exigencias, incluso, hasta cuando me hacías el amor. Ahora hago justicia, no soy más santa que tu, ahora puedo respetarte desde mi lugar en lo femenino y principalmente ocupando mi lugar ante mis Padres.
Lo siento, lo siento, lo siento, soy yo, no eres tú. Asumo el 100% de la responsabilidad por todo aquello que no ha funcionado entre nosotros. Y desde ahora daré el 100 o el mil o un millón de acciones diferentes de Amor y respeto hacia ti. Te respeto cuando respeto mi lugar y el tuyo.
Te respeto cuando te tomo sin agregarte ni quitarte nada. Te respeto y Te amo cuando te sigo. Ahora te sigo, te sigo, te sigo…
Concluyo:
Que la mujer que no respeta a la pareja es porque busca a un papa y no a un hombre.
Que la mujer que no respeta a la pareja es porque se convierte en la Madre de este.
Hoy te doy tu lugar y mi mejor optimismo, Hoy te ofrezco muchas sonrisas, sonrisas de deseo, sonrisas de agradecimiento, sonrisas en mi queja, sonrisas ante lo difícil e incomprensible, sonrisas en mi vagina, sonrisas en mi corazón y en mi alma. Honro a la Monalisa ante mis limitaciones. Gracias por tanto, Gracias por quedarte a mi lado, Gracias mi Amor.
Juan Carlos Arias
Originador de las Constelaciones Fluviales