Ondina Pilca

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22 de agosto de 2015

Mujer 4x4… mentalidad de MIEDO



Cuando uno comienza a trabajar para desmantelar a la mujer 4x4, puede llegar un momento en que nos sintamos “HARTAS”… quizás sintamos ganas de tirar la toalla, porque no vemos los cambios… nos desesperamos y sentimos el proceso demasiado complicado, exigente o nos parece sin sentido… No ha ocurrido ningún milagro y entonces nos preguntamos… ¿Por qué cambiar y en su lugar renunciar y hacerlo en paz?

¿Ves como funciona la mentalidad del miedo?

Dice Marianne Williamson: La mentalidad del miedo opera así en todos los casos: A unas personas les dice que no vale la pena que acabe de escribir su novela, por ejemplo, porque nunca lo conseguirá, y de todos modos es mala escritora… según la mentalidad del miedo. A otro le dice, que no se moleste en asistir a esa entrevista, porque lleva demasiado tiempo sin trabajar y en esa empresa solo contratan a gente joven… según la mentalidad del miedo… etc.

Todas en algún momento, tenemos esta forma de pensar… sobre todo, cuando se trata de procesos largos y que aparentemente no se ven resultados inmediatos.


En el caso de una mujer 4x4, la inunda el miedo a parecer vulnerable, a pedir ayuda y no recibirla, que todo es mejor hacerlo por sí misma, porque nadie lo va a hacer mejor o no se van a ocupar de eso… y en muchos casos a una obsesión por ocuparse de la vida de otros, en lugar de la propia!

Dice Marianne Williamson al respecto: “Aprender a vivir con las decepciones y los fracasos normales de la experiencia humana (sobre todo con la interpretación que les da la mentalidad del miedo) forma parte de la maestría espiritual.

Y esto no implica, vivir una vida perfecta (porque no existe), ni donde no pase nada; significa haber aprendido lo suficiente como para ser capaces de soportar y transformar, lo que no va bien… es aprovechar esas experiencias para el trabajo personal, y eso es lo que se hace en un proceso terapéutico!

Allí… desarrollamos músculos conductuales, que nos sostienes cuando sentimos el impulso de sucumbir ante aquello que más nos tienta. Esa maestría no es superhumana, sino profundamente humana. Es aceptar que ciertos días te sientes que no avanzas y que sigues siendo esclava de un montón de cosas.

No dejes que el hecho de no ver resultados, que pareciera que no pasa nada, de reincidir en ciertas relaciones que te hacen daño o la resistencia de seguir en tus terapias o de buscar ayuda, de sentir que fracasas, etc… TE DETENGA! Todo ello forma parte del proceso. En algún momento comenzarás a ver los resultados… te lo digo yo… que he hecho y sigo haciendo de todo para mejorar día a día y transformar mis defectos de carácter, mis dependencias, mis hábitos destructivos… es un trabajo del día a día… pero el éxito esta garantizado, si crees en ti y esperas el TEMPO (que es el que corresponde a tu alma y no al reloj).

Recuerda que no estas librando solo una batalla conductual… estas librando una batalla espiritual. No asistes a terapia o buscas ayuda, solo para desmantelar a la mujer 4x4 que vive en ti… sino para convertirte en una expresión más radiante del ser humano que eres.

Por mucho tiempo que te lleve transformar tus viejos hábitos, no te rindas emocionalmente. No busques en otros la confirmación de tu fe. Al principio, los ojos físicos no advierten el embarazo de una mujer, pero llegan a hacerlo al cabo de un tiempo. Igualmente… tal vez a tus ojos no son tan evidentes los cambios “afuera”, pero en tu corazón siempre lo sabrás!

Ten confianza… “Un nuevo estado se está abriendo paso a tu experiencia relacional”… porque la estas transformando de “Adentro para afuera”

Por lo pronto te dejo con una hermosa oración, de mi tan citada Marianne Williamson, en su libro “La dieta del alma”:

“Dios querido:
Estoy dispuesta a morir como aquella que fui y
a nacer como aquella que deseo ser.
Pero no puedo hacerlo por mis propios medios.
Transfórmame en lo más profundo, para que
no vuelva a padecer el dolor
de la irrealidad.
Impregna mi alma con la semilla de mi verdadero yo,
para que la dicha y la paz me sean dadas al fin.
Amén”



Con amor,
Ondina Patricia Pilca

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