En el fondo, quisiera ser rescatada y salvada, y en consecuencia lo actúa, como una forma de sentirse útil. Por eso atrae a su vida, hombres que no sólo tengan problemas (todos los tenemos), sino aquellos que no se han hecho cargo de los mismos.
En ausencia de esa figura protectora, que representa seguridad, apoyo, contención, etc, como es la del padre o cuidador, la mujer 4x4 emprende su búsqueda, equivocando el propósito de lo que es una pareja, puesto que justamente para nosotras las mujeres, es papá quién nos enseña a hacer pareja. Esto sin duda alguna, le traerá relaciones muy conflictivas.
Dependiendo del tipo de padre que tuvimos, lo que hizo, no hizo, si estuvo presente física y emocionalmente, o no. Lo que nos proporcionó, e incluso que mensajes nos transmitió, serán nuestras parejas, nuestra relación con el trabajo, empresas, dinero y mucho más.
Además, puede presentar:
1. Problemas de autoestima y confianza.
2. Dificultades en las relaciones interpersonales en general.
3. Búsqueda de figuras paternas sustitutas.
4. Sentimientos de abandono y rechazo.
5. Actitudes agresivas o rebeldes.
6. Dificultades académicas y profesionales.
7. Problemas de salud mental.
8. Dificultades en la regulación emocional.
9. Sentimientos de culpa y responsabilidad.
10. Problemas en la identidad de género.
11. Bloqueos en la consecución de proyectos, productividad y el manejo del dinero.
De allí, la importancia de sanar.
PD: les sugiero ver la serie de Netflix: “Mi otra yo”, hasta su segunda temporada.
Imagen creada con IA
Ondina Patricia Pilca.
Terapeuta transpersonal/coach profesional.
Instagram: @ondinapilca.