Arthur Fleck, un hombre que desde pequeño sufrió abusos reiterados, incomprensión de parte de personas y del propio sistema, finalmente se convierte (producto de ira acumulada), en un ser que busca venganza por todas partes.
A nosotros, los que nos ocupamos del bienestar emocional de las personas, nos deja el mensaje de la escucha verdadera y profunda. Lo que puede ser ejercer nuestra profesión desde el amor, la comprensión, la tolerancia, la empatía y sobre todo la compasión, y no como "especialistas" en recetas médicas, que solo "cubren" superficialmente los síntomas emocionales que experimentan nuestros pacientes.
Si bien es cierto, que no podemos cambiar el mundo, ni actuar irresponsablemente frente a "enfermedades mentales", sí podemos hacer la diferencia en muchas personas, que como Guasón, buscan surgir a pesar de sus limitaciones.
Todos buscamos amor. De la manera que sea. Todo es una llamada de amor, sea calificada en este mundo dual, de mala o buena, aceptable o no aceptable, excluyente o de unidad.
¿Cuántos guasones se forman en nuestra sociedad, en nuestras propias familias, bajo la mirada indiferente de los que nos creemos "sanos"?
¡Para reflexionar!