“Todo
ser humano tiene su lado oscuro y su lado de luz. En realidad, podemos decir que en
todos nosotros conviven el adicto y el libre, la cobardía y el valor, la
mezquindad y la generosidad, la crueldad y la compasión… La sombra psicológica
es todo aquello que rechazamos de nuestra psique y que relegamos al inconsciente;
contiene los aspectos secretos de nuestra naturaleza, que deseamos ocultar de
nosotros mismos y de los demás. Adoptamos
conductas adictivas para anestesiarnos contra el conflicto de estas cualidades
opuestas que luchan por manifestarse.
El hecho de explorar la
sombra y de atreverse a reconocer, acoger e integrar nuestro lado oscuro no nos
hace débiles, sino integrales. Y lo cierto es que en el camino de la
recuperación de una adicción resulta imprescindible atreverse a observar esta
cara oscura.
Mirar
hacia donde más nos duele es el camino de la integración. Cual guerrero iniciado, el adicto
tendrá que mirar y enfrentar, tarde o temprano, todo aquello que ha rehuido
tantas veces a través de la sustancia o conducta adictiva. Y al mirarlo, podrá
reconocerlo como parte de sí mismo, al tiempo que se sabrá como algo más grande
que la mera adicción. El reconocimiento actúa a modo de imán: todos los trozos
que habían quedado dispersos vuelven a ser reunidos en una unidad que los
integra. Y sucede que esta unidad, una vez integrada, es más que la suma de sus
partes.
El
terapeuta es, en este proceso, una figura clave: como compañero en el viaje del
autodescubrimiento, será testigo del significado vivencial que tiene la
adicción para el cliente. Y
en ese atestiguar, ambos, terapeuta y cliente, asisten a un espacio profundo de
sanación en el que la culpa da lugar a una aceptación profunda y amorosa de lo
que fue y es”.
Escuela
de Desarrollo Transpersonal Española EDTe
Quise
compartir con ustedes esta lectura introductoria, ya que parte de mi trabajo
terapéutico a estado orientado a acompañar a las personas que sufren, sobre
todo de dependencias emocionales, que también pueden ser llamadas “adicciones”.
“Soy verdaderamente independiente mientras tenga una relación”, dijo una mujer que ha estado involucrada con varios hombres con problemas emocionales, y otro tipo de problemas y conflictos. El pensamiento oculto es este: “No me siento feliz viviendo con esta persona, pero no creo que pueda vivir sin ella” (lo que también sucede con muchas otras adicciones), se quiere salir de algo que se sabe dañino para uno, pero no estamos seguros de poder vivir sin ese algo. El proceso de una salida sana, puede ser complejo y requerir tiempo, pero es mucho más difícil vivir atrapada(o), en una adicción o dependencia.
Podemos
volvernos dependientes de nuestros amantes, cónyuges, amigos, parientes o de
nuestros hijos. Nos volvemos dependientes de su aprobación. Nos volvemos
dependientes de su presencia. Nos
volvemos dependientes de la necesidad que tienen de nosotros. Nos volvemos
dependientes de su amor, aun cuando creemos que nunca recibimos su amor;
creemos que no somos dignos de ser amados y que nadie nos ha amado nunca de una
manera que satisfaga nuestras necesidades.
Lamentablemente, la gente busca ayuda, cuando está lo suficientemente harta, generalmente muy tarde, y deseando una solución mágica. Y un viaje de autodescubrimiento y sanación, requiere de acompañamiento amoroso, tiempo, paciencia, compromiso y voluntad de hacerse cargo, aunque existan resistencias.
Si
te sientes identificada(o), con este tema, busca
ayuda, el tema no pasa por cambiar al otro (que es la lucha interminable de
un dependiente emocional). Lo único que hay que cambiar es la mentalidad.
Ondina
Patricia Pilca
Terapeuta
transpersonal/ coach profesional
www.ondinapilca.com